El pasado Octubre se ha celebrado el Firefest 2024 en Manchester y puedo decir con muchísimo orgullo y satisfacción que nosotros estuvimos allí, sobre el escenario, dejándonos la piel por llevar al directo no solo los temas que defendemos desde hace más de un año sino la mejor versión de nosotros mismos como banda. Misión cumplida.
Este evento no se había celebrado durante los últimos 10 años, pero Bruce Mee había decidido firmemente recuperarlo porque es una de esas personas que se niega a que las cosas buenas que nos ha dado la música desaparezcan… los CDs, las revistas, las radios, los vinilos, los conciertos y por supuesto los festivales. Contra viento y marea, con un enorme esfuerzo personal que creo que todos los amantes del Rock le agradecemos y con muchísima determinación, hizo exactamente lo que dijo que iba a hacer y ha organizado un Festival impresionante que ha vuelto a reunir a una buena parte de esta gran familia proveniente de todos los rincones del mundo en la sala Academy de Manchester. Tengo que decirlo... Su esfuerzo ha merecido la pena porque ha sido todo espectacular. El festival empezaba el 11 de Octubre por la tarde y duraba hasta el 13 por la noche, y nuestro set estaba previsto para el último día, el domingo 13.
Ya que íbamos a ir a Inglaterra, nuestros amigos de Kingdom of Madness (Mark Stanway), con los que habíamos hecho la gira por España en Abril, nos invitaron a abrir para ellos en un concierto que iban a dar en la mítica sala KK’s Steel Mill (Wolverhampton) el viernes 11. La idea nos pareció genial y además de que estábamos encantados de volver a ver a la banda, resultaba extremadamente atractivo tocar en esa mítica sala.
Recientemente ya habíamos estado tocando en Inglaterra, pero en formato acústico, ya que en Junio José Luis Gallera (bajo), Gustavo Martín (guitarra) y yo habíamos formado parte del cartel de otro festival, el Tower of Fire, en Manchester, y aunque salimos muy contentos y salió todo perfecto, nos habíamos quedado con ganas de tocar con la banda al completo, así que era el momento de lanzarnos a dar rienda suelta a nuestro set list en formato eléctrico.
La diversión empezó con la organización del viaje; desde Gustavo mandando fotos de su guitarra desmontada para poder traerla sin llevarla en la bodega del avión hasta los chat sobre qué ropa llevarnos. A los miembros de la banda en acústico se sumaron Javier Gómez ‘Cozy’ (batería) y Gustavo Di Nobile (teclados). Esa es la 'familia' al completo. Aunque la banda lleva funcionando menos de dos años, debo decir que los ensayos, los conciertos, los viajes y la convivencia continuada unen muchísimo. Pero no hemos viajado solos…sino que hemos ido a Inglaterra como una verdadera expedición, ya que a la banda se unieron cuatro soportes fundamentales para nosotros (Rakel, Pedro, José Luis y Santi).
El viaje... ¡Hola de nuevo, Manchester!
El jueves 10 de octubre, cogimos nuestro vuelo Madrid-Manchester. Tuve un momento de pánico, porque perdí un colgante (mi amuleto) que llevo desde que tengo 14 años, al dejar mis objetos metálicos en la bandeja para el escaneo en Barajas. Tengo que decir que el personal del aeropuerto y la policía se portaron maravillosamente y al verme agobiada estuvieron buscando con nosotros y milagrosamente lo encontraron en el suelo. No quiero imaginarme que hubiese tenido que hacer un viaje tan importante para mí sin mi amuleto.
Llegamos por la tarde a Stockport (aeropuerto de Manchester) y allí estaba Matt esperándonos con la furgoneta que el festival había puesto a disposición de las bandas para sus desplazamientos. El grupo se fue al hotel en la furgoneta (la más grande que he visto jamás) y yo cogí un taxi para ver a Bruce, que me tenía que dar las acreditaciones para el festival, algunos CDs y el último número de Fireworks Magazine. El tiempo allí, como siempre…helador...pero ya le estoy cogiendo el gusto. Nos fuimos todos a descansar porque el viernes venía movidito... e hicimos muy bien!
Concierto en KK's Steel Mill con Kingdom of Madness
El viernes por la mañana Gustavo y Jose recogieron sus instrumentos en Big Fish y yo me dediqué a preparar todo lo que necesitaba (que no es poco) para el concierto que íbamos a dar en KK's Steel Mill (Wolverhampton) por la tarde-noche. A las dos de la tarde nos recogió puntualmente Matt en el hotel con la enorme furgoneta. Hay algo más de hora y media de viaje por carretera desde Manchester hasta Wolverhampton en condiciones normales de tráfico, pero no sé si por ser viernes, había un atasco descomunal en la autopista que acabó convirtiendo la hora y media en dos horas y pico. Matt, nuestro conductor, aparte de ser un encanto, nos llevó de maravilla hasta nuestro destino y además logró que llegáramos a tiempo.
Maravillosos paisajes en el camino de Manchester a Wolverhampton
La KK's Steel Mill es una sala legendaria del Reino Unido en la que han tocado los más grandes y es propiedad de K.K. Downing, ex guitarrista de Judas Priest y en activo en la actualidad con KK’s Priest. La sala es muy grande y tiene un montón de detalles. En realidad, forma parte de un edificio muy grande que incluye muchísimos camerinos, salas de estar para los artistas y un pasillo interminable cuyas paredes están vestidas con fotografías increíbles de grandes bandas que han tocado allí. El edificio tiene mucha personalidad, carácter, dentro de la estética de la Revolución Industrial y entre sus paredes uno siente esas vibraciones tan especiales de los lugares que han visto muchas cosas durante muchísimos años. La historia de este edificio comenzó cuando Edward Lisle construyó su primera bicicleta allí a principios de 1870. En 1883 fundó la Star Cycle Company, que funcionó muy bien y en 1897 la compañía se convirtió en la Star Motor Company para pasar a fabricar coches. La sala conserva toda su estructura original, con sus columnas de acero, sus característicos ladrillos en el exterior y el interior...
El escenario es descomunal, enorme. Los técnicos eran muy simpáticos y con ganas de ayudar siempre. Y por supuesto volver a ver a Mark Stanway, Mo Birch, Micky Barker, Alan Bell , Chris Dando y Richard Bailey, es decir, a Kingdom of Madness, me hacía mucha ilusión. Estuvimos abriendo para ellos en Abril en Barcelona, Vitoria y Madrid y lamentablemente en ésta ocasión no podíamos quedarnos a ver su show porque Matt, nuestro conductor, tenía que llevar la furgoneta de vuelta a Manchester. Me hubiera gustado cantar con ellos 'Midnight' como habíamos hecho en Vitoria y Madrid...pero no pudo ser.
Mis sensaciones tocando en KK's Steel Mill fueron infinitas, en parte por el entorno tan hechizante en sí. De hecho, puede que algún duende travieso anduviera por allí, dado que durante la prueba de sonido tuvimos algún problema inexplicable que afortunadamente se solucionó también inexplicablemente. Habíamos ido pertrechados con varias capas de ropa porque nos habían comentado que la sala era heladora...una nevera. Sin embargo finalmente pudimos dejar muchas cosas en el camerino y tocar con una única capa de ropa, ya que la temperatura era perfecta en la sala.
Me encanta probarme los increíbles sombreros de Gustavo Di Nobile
No hay palabras para explicar lo que se siente al salir al escenario. Siempre es una nueva aventura y cada ocasión, cada lugar y cada público...son únicos y extraordinarios. Pero si además hay un público bastante numeroso, estás en Inglaterra y es la primera vez que vas a tocar tus temas en directo allí junto a la banda al completo...bueno...¡Pues es un momento muy especial! Si además entre el público detectas las caras sonrientes de tus compañeros de viaje Rakel, Pedro y Santi, te sientes tranquila y con ganas de darlo todo. Y entonces notas que estás disfrutando, que la compenetración entre los cinco miembros de la banda es total, que estás viviendo el momento intensamente y que los temas han enganchado a los asistentes al concierto (eso se nota en su expresión atenta y en cómo y cuánto se mueven).
El público desde el principio fue maravilloso, receptivo y participativo ¡Un verdadero placer haber tocado allí! Además, cuando terminamos nos vino a buscar una mujer encantadora que ayudaba a Kingdom of Madness con el merchandising para decirnos que había personas que querían comprar discos, camisetas y lo que tuviéramos nuestro. Bajamos y firmamos discos...pero sobre todo hablamos con algunos de los asistentes que vinieron a decirnos que les había encantado el concierto, que habían disfrutado mucho... Muchísimas gracias a todas esas personas que asistieron al concierto ese día. ¡Su actitud antes y después del concierto significan mucho para nosotros! Ojalá podamos volver a tocar a Wolverhampton.
Manías de cantante
Volvimos a Manchester con Matt en la furgoneta agotados y contentos. Yo siempre me alojo en el Hotel Victoria & Albert Marriott cuando voy allí porque me siento cómoda, me conocen y el lugar me inspira mucho. Esta vez con mas razón quería alojarme allí. Aunque la organización de Firefest había reservado las habitaciones de todos los músicos que participaban en el festival en un Holiday Inn maravillosamente ubicado en pleno centro de la ciudad y prácticamente al lado de la sala Academy, yo tenía muy claro que si me alojaba allí no iba a parar de hablar con unos y con otros. Cuando tengo conciertos me gusta aislarme un poco, concentrarme, relajarme, estar sola. Además, así evito que nadie piense que me ocurre algo o que soy poco sociable. Creo que nos pasa a muchos cantantes y normalmente no intentamos dar una explicación para justificar nuestro silencio o la mirada perdida, que en realidad suele obedecer a que estamos repasando las letras de los temas sin más. El caso es que una vez más me relajé en mi adorado hotel de siempre para tener mis facultades al cien por cien el domingo.
En la entrada del Academy Hall de Manchester
Tanya Rizcala
El sábado tocaba relax, pero también conocer a una amiga muy especial que hasta el momento lo había sido a distancia. Por fin Tanya Rizcala y yo nos íbamos a ver en persona para darnos el enorme abrazo del que después de muchas conversaciones telefónicas teníamos tantas ganas. Tanya es una cantante canadiense de origen libanés que lidera una gran banda llamada Epic. Su voz es igual que su espíritu... profunda, cálida, poderosa...una de esas voces con mucha personalidad que llegan al alma. Llevo el colgante que me regaló: una preciosa piedra azul que corresponde a mi fecha de nacimiento. También una bonita bolsa libanesa. ¿Se puede ser mas detallista?
Con Tanya y Bruce
La primera vez que escuché algo suyo fue en 'Circle of Friends I' álbum en el que las dos tuvimos la inmensa suerte de estar incluidas con una canción cada una. Precisamente ese tema es uno de los que ella iba a interpretar en Firefest junto a mi banda. El otro tema era una preciosa versión de 'Girl from Lebanon', de Europe, a la que sobre el escenario se uniría Robert Säll.
Tanya y yo habíamos quedado en la recepción de su hotel y cuando llegué ella ya era amiga de mi amigo Santi y de toda la banda. Se había integrado desde el primer momento en nuestro grupo como si nos conociéramos de toda la vida. Nos dimos ese abrazo y subimos a una de las habitaciones para hacer un ensayo más que original. Cozy a la percusión marcando tiempos y dando palmas y los demás hacíamos arreglos y bajos con la voz...y coros. Quedaba muy bien y desde luego muy original...las dos cantando a pleno pulmón en el hotel... Menos mal que había en torno a 100 músicos más en el hotel, así que seguramente nadie se sorprendió demasiado.
Sábado de festival
Esa misma mañana de sábado nos fuimos al fin al festival. Hasta ese momento no habíamos tenido ocasión de ver la sala y tengo que decir que nos impresionó muchísimo. Academy I tiene un aforo de 2000 personas y unas instalaciones increíbles (camerinos, etc...). Nada mas entrar vi a Bruce Mee con su equipo de ventas en la zona del merchandising sin parar de atender a unos y a otros y rodeado por todos los discos y camisetas de los grupos que participábamos en Firefest 2024. Nos dimos todos un fuerte abrazo y yo avancé hacia el escenario para verlo mas de cerca. Estaba a punto de empezar a tocar Atlantic, banda a la que no conocía y que me encantó. De repente caí en la cuenta de lo altísimo que era el escenario. No es que tuviera miedo a caerme, no... no era eso, sino que tenía previsto ponerme el domingo para nuestro concierto una falda extremadamente corta... tipo cinturón...minúscula! Toda mi vida pasó ante mí en un segundo...jajajaja. No me gusta cantar pensando en otras cosas y menos aún estar pendiente del vestuario, así que en ese instante cambié de planes para el concierto y opté por un look más conservador y desde luego mas prudente para un escenario altísimo. Una pena... porque me encantaba la otra falda. La tengo reservada para otra ocasión.
Dado que el viernes habíamos estado tocando en Wolverhampton y no habíamos podido asistir a los conciertos de Firefest, el sábado nos dimos el gusto de ver a casi todas las bandas que tocaron y estuvimos hasta el final para ver a Robin McAuley ¡Todo un lujo disfrutar de tan buena música!
Robin McAuley
Robin McAuley y yo habíamos cantado un dueto en 'Kiss in a Dragon Night' (la canción) y jamás podré estarle lo suficientemente agradecida, puesto que su maravillosa voz le da un toque mágico al tema. Hace ya tiempo, en Facebook, estuvimos comentando la posibilidad de cantar el tema juntos en directo alguna vez. En realidad siempre pensé que sería brutal pero que era muy difícil que una cantante que vive en Madrid y un cantante que vive en California coincidieran en algún concierto para poder convertir esta intención en una realidad. Robin es un artista impresionante pero además una persona cercana y encantadora que siempre lleva puesta una sonrisa para cualquiera que se le acerque.
Como la vida me estaba sonriendo, resulta que contra todo pronóstico coincidíamos en el Firefest. Algo así es como que a uno le toque la lotería. No paraba de regocijarme pensando en que formábamos parte de un cartel extraordinario en un festival de enorme prestigio, con todo tipo de medios y detalles y que encima iba a cantar con Robin McAuley. Por supuesto habíamos intercambiado emails consensuando más o menos lo que queríamos hacer, qué partes hacíamos juntos y dónde entraba cada voz...pero aún así, subirnos directamente a un escenario sin haber probado a hacer el tema juntos era un poco una locura. Decidimos hacer un ensayo 'a capella' en mi camerino el mismo domingo por la mañana. Solamente cantamos el tema una vez y nos encantó...así que no necesitábamos más. Cuando hay sintonía entre dos voces y entre dos personas no hay que darle muchas vueltas porque funciona en seguida.
Cantar con Robin McAuley es algo increíble y afortunadamente el momento y todo el concierto han quedado inmortalizados por el genial fotógrafo Myke Gray.
El camerino
Nuestro camerino era el Camarote de los Hermanos Marx. Una locura de sitio lleno de gente que entraba y salía sin parar. Tanya y yo estábamos haciendo ejercicios para calentar nuestras voces antes de salir al escenario mientras intercambiábamos maquillajes y nos vestíamos. A nuestro alrededor gente sacándose fotos con Robert Säll y con Robin. La banda cambiándose de ropa y comiendo algún sandwich... En medio del caos subieron a verme los directivos de Rubicon, el sello discográfico con el que se licenció 'Kiss in a Dragon Night' en Japón. Ha sido un verdadero placer conocerlos. Vinieron con muchos discos de la edición japonesa para que se los pudiera firmar. Me hizo mucha ilusión que vinieran. ¡Toda una sorpresa y un honor!
En el camerino de al lado estaban los Supremacy. Al pasar por delante de su puerta escuché hablar en español... Resulta que son de varios países distintos de América Latina y que su vocalista vive en España. Dado que tocaban justo antes que nosotros no los pude ver...pero tengo entendido que estuvieron espectaculares.
Nuestro concierto y muchos amigos
Después de los habituales nervios pre-concierto, bajamos por las interminables escaleras. Nos tocaba salir al escenario. Había bastante público, lo cual ya me situó en una actitud muy positiva. Con los conciertos me suele ocurrir lo mismo que con los aviones. Una vez que ya estoy en el avión o sobre el escenario, me abstraigo de todo y siento calma. Las luces eran increíbles y pude ver el logo al fondo del escenario, detrás de mí (como en KK's Steel Mill). Comenzó a sonar 'Natural High' y salí para disfrutar ese momento con todas mis fuerzas junto a mis compañeros de grupo. Me encantan las miradas de complicidad que nos intercambiamos en los conciertos; son miradas que me llenan de energía y me transmiten vibraciones positivas.
Había muchos temas que podíamos tocar: dos álbumes completos ('Kiss in a Dragon Night' y 'Tiger', que estaba recién publicado) de los que finalmente extrajimos un set- list de lo mas variado. Pero además decidimos añadir 'Cry Wolf', que es el tema que da título al próximo álbum en solitario que se publicará en 2025. Es la primera vez que toco un tema cuyo álbum aún no está totalmente terminado, pero es un tema ideal para el directo que nos encanta tocar/cantar, con mucha garra... y no se me ocurría mejor lugar que Inglaterra para estrenarlo. ¡Me alegro infinito de haberlo hecho porque sonó perfecto!
Los temas fluían... Tanya entró a hacer sus canciones y Robert Säll también... y todo siguió fluyendo. Robin McAuley se unió a nosotros para nuestro dueto y juraría que fue el momento estelar de nuestro set. Nuestras voces se entrelazaban como si hubiéramos cantado juntos en directo mil veces. Qué bien que todo el concierto haya sido grabado. Por suerte además tenemos fotos alucinantes de un enorme artista de la fotografía, Myke Gray, que inmortalizó todo el Festival. ¡Un trabajo ímprobo y maravilloso! No puedo estarle mas agradecida. ¡Gracias, Myke!
Después de nuestro concierto nos quedamos un rato a escuchar a algunos grupos buenísimos y a charlar con amigos que habían venido de distintos puntos de España al festival, así como con antiguos y nuevos amigos de todos los lugares del mundo que se me puedan ocurrir. ¡Me encanta el ambiente internacional que hay en estos festivales!
¡Muchos amigos venidos al festival desde España...somos un grupo numeroso!
Bruce estaba atrincherado en la zona del merchandising y cuando fui a saludarlo me encontré con la grata sorpresa de que nuestra amiga Mandy, con la que ya había compartido una cena genial en uno de mis viajes anteriores, estaba allí con su familia al completo ayudando a Bruce. Mandy es la persona mas simpática, guapa y sonriente que uno puede llegar a conocer... y toda la familia es igual! De alguna manera empiezo a sentirme cada vez mas vinculada a Manchester y está convirtiéndose en mi segundo hogar, amigos incluidos. Es una ciudad acogedora. Fría...muy fría...pero llena de gente maravillosa y cálida.
¡Pasar un momento con Mandy siempre es un regalo!
Cena en nuestro lugar favorito: City Road Inn
Nos quedamos hasta que el hambre nos hizo recordar que aún no habíamos comido, así que toda nuestra expedición emprendió el camino y dimos un paseo hasta nuestro "lugar favorito". Se unió nuestra querida "hermana" Tanya, que como comentaba al principio, felizmente ya es una de nosotros. Nuestra hora de comer tardía coincidía, afortunadamente, con la hora de cenar habitual en el Reino Unido.
Cuando en junio tocamos en en el Tower of Fire Festival, en la sala Rebellion, salimos a comer algo después de tocar. Al lado de la sala habíamos encontrado un restaurante con una estética totalmente británica y con muy buena pinta en el que comimos genial y además nos atendió una chica muy simpática y profesional. ¡Yo llevaba meses pensando en volver y no era la única! En el City Road Inn nos hicieron hueco en una mesa y allí pudimos celebrar nuestro concierto con unas buenas cervezas y unas deliciosas tartaletas de hojaldre que son típicas del sitio...la mía de setas...¡¡¡me encanta!!!! Este lugar es muy especial. Muy, muy acogedor y con una decoración exquisita y muy llamativa. La simpática camarera se acordaba perfectamente de nosotros y por supuesto nos atendió de maravilla. Estuvimos relajados, cenando y brindando. Estoy segura de que todos los que vinieron con nosotros y que aún no conocían el City Road Inn, estarán deseando volver también.
Último día en Manchester y regreso a Madrid
El lunes tocaba volver a Madrid y pudimos aprovechar la mañana para darnos una vuelta por la ciudad ya que nuestro vuelo salía bastante tarde y hacía muy buen tiempo. Parece increíble, pero... ¡con todas las veces que he estado allí, aún no había descubierto el verdadero centro! Me encantó el paseo por Piccadilly Gardens, donde la gente estaba sentada en el césped al sol o paseando a sus perros; y también el gigantesco Manchester Arndale Shopping Center, donde me podría pasar un mes de tienda en tienda comprando compulsivamente...qué lástima que no tuviera espacio suficiente en las maletas para todo lo que me hubiese querido llevar. ¡¡¡La próxima vez me llevo una vacía!!! Los alrededores de este centro comercial me tienen enamorada no solo por sus características arquitectónicas con sabor puro a Inglaterra sino también por el ambiente de sus bulevares en los que hay multitud de músicos callejeros a los que da gusto escuchar y que generan un ambiente lleno de magia. Además ya habían puesto decoración de Halloween por las calles... ¡¡¡muy original!!! Vale la pena darse un buen paseo por esta zona.
Piccadilly Gardens Al salir del centro comercial de Arndale
A las dos de la tarde, con la característica puntualidad británica, nos recogió Matt para llevarnos al aeropuerto. Nuestras caras eran una mezcla entre satisfacción y tristeza porque ya tocaba volver a Madrid. Al llegar al aeropuerto nos despedimos de Matt y nos dirigimos a facturación de maletas. Yo llevaba una maleta en cabina y otra facturada con todos los líquidos, porque en el viaje anterior había tenido que tirar algunas cremas y maquillajes, espuma para el pelo y una botellita de quitaesmalte, porque habían cambiado el tamaño de las bolsas que se pueden llevar a bordo y no me entraba todo. El desastre de los líquidos quedó minimizado porque había una trabajadora de la zona de control con una extraordinaria capacidad para meter montones de cosas en un espacio mínimo y en un tiempo récord...era alucinante verla trabajar y colocar mis botecitos y botellitas hasta hacer que entrara casi todo. Al llegar a ese punto del aeropuerto vi que estaba la misma mujer. ¡¡¡Ella me reconoció, me sonrió, me saludó y me dijo que se acordaba de mi perfectamente!!! Yo también la reconocí de inmediato, pero no tiene mérito porque... ¡¡¡yo no veo a miles de personas al día!! Nos reímos porque esta vez yo no llevaba líquido alguno y no di nada de trabajo.
El vuelo fue tranquilo...con puesta de sol incluida. Llegamos muy tarde a Madrid y nos despedimos todos esperando las maletas en la cinta. Aquí nos vemos también con mucha frecuencia, pero el Firefest 2024 siempre lo vamos a recordar como una de las mejores cosas que nos han ocurrido.
Enhorabuena y mil gracias, Bruce Mee, por el extraordinario trabajo, el buen gusto organizando el festival y sobre todo...por haber contado con nosotros para vivir lo que hemos vivido.
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